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Es Jorge de la Rosa el mejor brazo zurdo de los Rockies

*El mexicano encabeza a todos los lanzadores de los Rockies en victorias (86) y ponches (985).

Con foja de 53-20 en el Coors Field, De la Rosa es el dueño del récord de victorias como local.

Junio de 2020 (Thomas Harding, MLB.com).- Pocos disfrutan un buen debate como los fans de béisbol. Con eso en mente, les pedimos a nuestros reporteros que enumeraran a los cinco mejores jugadores de la historia de cada franquicia en una posición particular, según lo hecho con dicho equipo.

Aquí, los cinco mejores abridores zurdos en la historia de los Rockies, según el reportero de MLB.com, Thomas Harding.

1. Jorge de la Rosa, (2008-16)

Dato clave: El mexicano encabeza a todos los lanzadores de los Rockies en victorias (86) y ponches (985).

Esta fue una difícil decisión, pero la durabilidad — 200 aperturas en una carrera interrumpida por la operación Tommy John — algunos buenos años en varios equipos de Colorado sin éxito colocaron a De la Rosa de primero en la lista. Antes de integrarse a los Rockies por medio de un cambio con los Reales antes de la campaña del 2008, De la Rosa tuvo dos estadías de liga menor en la organización de los D-backs, estuvo en las Ligas Menores de los Medias Rojas, estuvo una campaña en la Liga Mexicana del Pacífico y vio tiempo en la Gran Carpa con los Cerveceros y Reales.

De la Rosa es uno de dos pitchers de los Rockies en conseguir al menos 10 victorias en cuatro temporadas diferentes (el derecho Jon Gray es el otro). Con su foja de 53-20 en el Coors Field, De la Rosa es el dueño del récord de victorias como local y porcentaje de ganados y perdidos (.726).

2. Jeff Francis, (2004-10, 2012-13)

Dato clave: Fue pieza integral en el gran paso del equipo hacia la Serie Mundial del 2007 con su foja de 17-9, 4.22 de efectividad y 215.1 entradas lanzadas.

Francis, elegido por los Rockies de 9no en el draft del 2002, empleó su capacidad de localizar sus pitcheos y su buen cambio para ayudar a transformar el cuerpo monticular. En sus primeras cuatro campañas, tuvo marca de 47-34, con la cuarta siendo la mágica del 2007. Sin embargo, fue un poco mejor en el 2006, cuando tuvo récord de 13-11 con 4.16 de efectividad y ERA+ de 118 (cuatro puntos mejor que en el 2007).

3. Kyle Freeland, (2017-presente)

Dato clave: Su promedio de carreras limpias de 2.85 en el 2018 fue el mejor en la historia del club en una campaña completa y una de las cuatro mejores en la Liga Nacional en dicha campaña.

Freeland tiene las herramientas para ascender en esta lista. Aunque no es un lanzador de poder, tiene éxito cuando localiza sus pitcheos y cambia de velocidades. Su mezcla de lanzamientos sigue mejorando. Y ahora está más motivado después de un decepcionante 2019 (marca de 3-11, 6.73 de efectividad).

Como un oriundo de Denver, uno de sus mayores atributos es el candente deseo de triunfar con el equipo que ha seguido durante toda su vida.

4. Tyler Anderson, (2016-19)

Dato clave: Debutó en el 2016 y registró 3.54 de efectividad y ERA+ de 137.

Anderson lidió con lesiones durante su tiempo en liga menor y en partes en las Mayores — y su última campaña con el club terminó antes de tiempo debido a una gran lesión en la rodilla. Pero tuvo algunos buenos momentos en dos equipos que clasificaron a la postemporada — marca de 3-1, 1.19 de efectividad en cuatro presentaciones (tres como abridor) al final del 2017 y foja de 6-3 con promedio de carreras limpias de 3.72 en 20 aperturas en la primera mitad del 2018.

5. Mike Hampton, (2001-02)

Dato clave: En el 2001, Hampton se convirtió en el primer pitcher en representar a los Rockies en el Juego de Estrellas.

El tiempo de Hampton con el equipo fue breve y sin mucho éxito — récord de 21-28 con 5.75 de efectividad después de firmar su famoso contrato de ocho años y US$121 millones durante las Reuniones Invernales del 2000. Con poca competencia entre los zurdos, se ameritó la convocatoria al Juego de Estrellas por su marca de 9-2 y 2.98 de efectividad en sus primeras 13 aperturas. El derrumbe de Hampton en el extraño ambiente del Coors Field resultó en que el equipo guardara pelotas en un cuarto con temperatura y presión controlada conocido como el “humidificador” desde el 2002.