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Anzoátegui barre a Lara y asistirá a la Serie del Caribe

*Caribes cobró venganza de la edición anterior donde Cardenales logró el tricampeonato, barriéndolos en 4 juegos.

Caribes de Anzoátegui lograron su cuarto título en su historia ante Cardenales de Lara.

Caracas, (Con información de la LVBP).- Dicen que no hay nada más dulce que la venganza y esto le queda como anillo al dedo a  los Caribes de Anzoátegui, quienes barrieron en la serie final a los Cardenales de Lara ganando el cuarto juego en diez capítulos 9-8.

Con la cuarta corona en su historia ya brillando en sus vitrinas, denominada, denominada «Remigio Hermoso, Bicentenario Cuarto Batallón de Carabobo», la novena que dirige el cubano Mike Álvarez logró su cuarto título y le propinó a los tricampeones Cardenales de Lara una barrida, que solamente se ha logrado en nueve ocasiones de las finales en la historia de la pelota venezolana.

El héroe indiscutible de Caribes lo fue Niuman Romero, quien con inatrapable en el cierre del décimo inning, empujó desde la inicial al corredor emergente Christian Pedroza, con la carrera que decretó el triunfo 8-7 de Caribes sobre Cardenales de Lara, lo que los catapulta a representar a su país en la justa caribeña, Serie del Cribe, a realizarse del 31 de enero al 6 de febrero en el estadio Teodoro Mariscal del puerto de Mazatlán, Sinaloa, México.

 Caribes no salió precisamente con el favoritismo para esta Gran Final. Pero en todos los aspectos del juego resultó superior a un Cardenales que buscaba el tricampeonato.

La Tribu cobró venganza de la Serie Final de la campaña anterior, en la cual sucumbió en siete juegos contra los pájaros rojos. En esta oportunidad, la opinión generalizada apoyaba a los larenses en su afán de convertirse en tricampeón. 

Pero una de las claves se dio en plena temporada regular cuando fue cesado su mánager, Jackson Melián luego de que sufriera en el mes de diciembre 8 derrotas en diez juegos, ocupando el cubano Mike Álvarez, además de cambiar a su coach de banca, Luis Olivera, llegando en su lugar Gustavo Molina.

Caribes cambió de mánager en diciembre y el nuevo timonel, Mike Álvarez los llevó al título.

La decisión fue tomada en un momento duro para Caribes en el terreno de juego. Ocupaban la primera posición de la División Central, con récord de 14-13, pero esas ocho derrotas en 10 compromisos calaron hondo en la directiva caribeña, y así, tomaron la decisión, aunque se mantenían a un juego y medio por encima de Leones del Caracas y Tigres de Aragua, ocupantes de la segunda casilla de la zona.

La barrida propinada por los orientales, es la primera que se registra en una Serie Final desde la campaña 1992-1993, cuando Águilas del Zulia dejó en el camino a Navegantes del Magallanes. Desde entonces transcurrió la bicoca de 27 años. Si escudriñamos en el Box Score de este cuarto juego, encontraremos que la victoria de esta noche tiene un gran mérito porque fue muy sufrida. Los lanzadores de Caribes recibieron 11 imparables, pero también obsequiaron 14 boletos. Es decir, Cardenales logró colocar a 25 corredores en tránsito. Solo siete pudieron llegar al plato en carrera. Un total de 17 quedaron desparramados por las bases.

Caribes soltó 16 indiscutibles y solo caminó en cinco ocasiones. Nada más dejaron a nueve corredores varados, prácticamente la mitad de sus antagonistas.

Mike Álvarez, hoy mánager campeón, debió mover su bullpen bien temprano, desde el segundo acto, pues el descontrol manifiesto del zurdo abridor Wilfredo Ledezma, no ofrecía garantía alguna. El estratega echó mano de nueve relevistas y el último de ellos, el californiano Jake Sánchez (1-0) terminó con el triunfo. José Moreno, piloto del Cardenales, recurrió a seis relevistas, luego de abandonar la loma su abridor Néstor Molina. La derrota fue para Vicente Campos (0-1), quien sacó los dos primeros outs del décimo inning. Pero un sencillo de José Sucre y otro imparable de Niuman Romero, le cambiaron ante sus envíos el decorado al juego.

Por primera vez en esta Gran Final, Cardenales salió al frente y lo hizo ante un descontrolado abridor Wilfredo Ledezma. Carlos Rivero la sacó por el jardín izquierdo para colocar en ventaja 3-0 a los crepusculares.

Pero la Tribu no esperó mucho para acercarse 3-2 en la parte baja de la misma primera entrada.

Caribes volvería al ataque en la conclusión del tercer acto para darle una voltereta a la pizarra: 4-3.

Durante el quinto ataque cardenal, se produjo el empate 4-4 y en la parte baja del sexto inning, Caribes retomó el control de la pizarra con un 5-4.

En la séptima entrada, Ildemaro Vargas bateó para doble matanza por la vía del campocorto y la intermedia, lo cual aprovechó René Reyes para devolverle la ventaja al cuadro larense, esta vez 6-5.

Caribes propinó a Lara una barrida de cuatro juegos, la novena en la historia de la LVBP.

Cardenales, pese a darle la vuelta al panorama, volvía a dejar las bases llenas.

En el cierre del octavo, Caribes siguió el toma y dame para irse arriba 7-6. Niuman Romero entró a consumir turno y reventó incogible a la izquierda para fletar a Sardiñas y Valera. 

En el noveno, ante el cerrojo Lester Oliveros -quien no dio la talla en toda la serie- Ildemaro Vargas abrió con doble al centro. Jecksson Flores se sacrificó y Gorkys Hernández soltó inatrapable a la izquierda para devolver la paridad a las acciones, esta vez a siete anotaciones por lado.

Llegaría así la parte baja del décimo inning, la cual empezó con dos outs y bases limpias para Caribes. Jesús Sucre conectó incogible a la derecha y Christian Pedroza fue enviado a correr en su lugar. Entonces Niuman Romero llegaría a la caja de bateo para convertirse en héroe, con batazo a la derecha, que no pudo controlar René Reyes. Mientras tanto, Pedroza se desplazó cómodo hasta la goma para dejar en el terreno al Cardenales, concretando la barrida y dándole a Caribes su cuarto título en la LVBP.